jueves, 10 de mayo de 2018

VIII. LAS PARÁBOLAS DE LA TORRE Y DE LA GUERRA: Lc 14, 28-32.


"Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, dicien­do: Éste comenzó a edificar y no pudo terminar'.
O ¿qué rey, que sale a enfrentarse contra otro rey, no se sienta antes y delibera si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil? Y si no, cuando está todavía lejos, envía una emba­jada para pedir condiciones de paz": vv.28-32.
Las parábolas conexas de "El que edifica un palacio " y de "El Rey que emprende una guerra", tienen un sentido fun­damental común: para comprometerse en una empresa de envergadura, es necesario valorar primero cuáles serán las exigencias y luego calcular las posibilidades personales; de otra manera, se correría el riesgo de la irrisión o de la ruina. Es mejor no emprender algo que no se puede concluir o que, comenzando, acarrea detrimentos lamentables si no se puede terminar.
Enrolarse con Jesús es una empresa ardua que exige muchos renunciamientos: 14,26-27. Ventajas de orden material no las hay y sí se pueden seguir tribulaciones y sufrimientos. Por tanto, antes de dar el paso adelante es preciso hacer un balance y medir las fuerzas.
Esto pudiera parecer desalentador para decidirse a seguir a Jesús, pero no es sino un solo aspecto del seguimiento. El mismo dirá en otro momento: "Yo os aseguro que nadie que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por el Reino de Dios, quedará sin recibir mucho más al presente y, en el tiempo venidero, vida eterna": Lc 18,29-30.
Lucas, que con frecuencia habla del desprendimiento de las riquezas: 12,13-15.21.33-34, añade aquí, a manera de con­clusión, otro logion sobre el mismo tema:
"Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío": v. 33.   


Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 156-157 ISE. México, 1992.