sábado, 31 de marzo de 2018

V—LA HIGUERA ESTERIL: Lc 13,6-9.

En los otros Sinópticos: Mc 11,12-14.20-23; Mt 21,18-22, se encuentra el episodio de una higuera maldita por Jesús, que se secó luego: era símbolo del castigo al Pueblo Judío por no haber respondido a lo que Dios esperaba de él. Esta parábola de Lucas, sin excluir el castigo, insiste en la pacien­cia que Dios tiene hacia los hombres.
"Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no encontró": v. 6.
La higuera estaba plantada dentro de la viña. No es raro ver esto en Palestina. Los higos son parte importante de los productos naturales del país.
"Dijo entonces al viñador: 'Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra' ": v. 7.
La higuera debía tener varios años de plantada, por lo menos cinco, pues desde hacía tres ya hubiera podido dar fruto. Si no da fruto, la higuera debe ser cortada, pues ocupa terreno en balde y absorbe inútilmente los jugos de la tierra.
"Pero él le respondió: 'Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas'": vv. 8-9.
El viñador propone hacer algo excepcional con la higuera; quiere conservarla y para ello hará hasta el último esfuerzo. En caso de que ni así dé frutos, entonces "será cortada".
La parábola, como se ve, carece de explicación. A los oyentes tocaba hacer la aplicación. Israel era como una hi­guera plantada por Dios; le prodigó sus cuidados y esperó que diera frutos; al no darlos, esperó con paciencia un tiempo razonable (3 años); pero en vano. . . El momento decisivo ha llegado. ¡Israel será cortado! Sin embargo, el viñador pide una prórroga para hacer la última lucha en favor de la higuera. ¿Será Jesús quien se esconde tras la figura del viñador?
La parábola es una invitación urgente a la conversión: o aprovecha Israel la última gracia que la misericordia de Dios le concede: o incurrirá indefectiblemente en el castigo que me­rece.
Las aplicaciones individuales que pueden desprenderse de la parábola y que ya se presienten en Lucas (el Evangelista del tiempo de los Gentiles: 21,24) son obvias.


Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 151-152 ISE. México, 1992.

lunes, 19 de marzo de 2018

IV —EL RICO INSENSATO: Lc 12,13-21.


La parábola de "El rico insensato": w. 16-20, ha sido conservada por Lucas y por el Evangelio de Tomás: 63. Esta coincidencia permite observar que Lucas ha formado un solo relato con dos piezas de la tradición evangélica: w. 13-15 y 16-20, y lo ha terminado con una conclusión general: v. 21. Esta parábola forma parte de un conjunto dedicado al recto uso de los bienes de la tierra y al abandono en la Providencia: Lc 12,13-34.

1.—LA PARABOLA DE LUCAS: w. 13-21.
Es una parábola moralizante. Los versículos 13-15 sirven de ocasión a la parábola y constituyen la introducción a la misma.
"Uno de la gente le dijo: 'Maestro, di a mi hermano que reparta ta herencia conmigo'. El respondió: '¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vos­otros?' ": vv. 13-14.
El hecho de que aquel hombre haya acudido a Jesús de­nota el prestigio de que gozaba ante el pueblo. Sin embargo, Jesús no quiere entrar en este terreno. Su misión es otra, de orden espiritual, orientada a los bienes de la vida futura, que son los defiintivos. Por eso responde:

"Mirad y guardaos de toda codicia porque, aun en la abundancia,
la vida de uno no está asegurada por sus bienes": v. 15.

Y como ilustración de este principio viene la parábola.
"Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre si, diciendo: '¿Qué haré? pues no tengo donde reunir mi cosecha'. Y dijo: 'Voy a hacer esto: voy a demoler mis graneros y edificaré otros más grandes y juntaré alli todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años: descansa, come, bebe, banquetea',
Pero Dios le dijo: 4¡Necio! Esta misma noche te reclama­rán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?' ": w. 16-20.
La lección que brota de esta parábola en Lucas es: el hombre no debe acumular codiciosamente riquezas en este mundo; su enriquecimiento principal debe ser en otra línea: un atesorar en las cosas que ven a Dios. Por eso el Evangelista cierra la parábola con una conclusión de moral práctica:
"Así es el que atesora para sí mismo
y no se enriquece en orden a Dios": v. 21.


2.LA ORIENTACION PRIMITIVA.
Separada de su introducción y de la conclusión morali­zante, la parábola del rico insensato tuvo en su origen "una orientación escatológica", como otras muchas parábolas de Je­sús.
La crisis se avecina, el Juicio de Dios está cerca: ¡hay que estar preparados! ¡No hay que ser necios y tontos como aquel hombre que, enfrascado en sus cosas y contento con sus ri­quezas, no atendía al momento trascendental en que se encon­traba su vida!

Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 149-150 ISE. México, 1992.

domingo, 4 de marzo de 2018

III. EL AMIGO QUE AYUDA AL AMIGO, AUN A MEDIA NOCHE: Lc 11,5-8.

La parábola de "El amigo que ayuda al amigo, aun cuan­do sea de media noche" ha sido colocada por Lucas en una amplia catequesis sobre la oración: 11,1-13.

Los vv. 1-4 nos ofrecen la recensión lucana del "Padre nuestro"; los vv. 5-8 presentan la parábola que estamos estudiando; y los vv. 9-13 son una exhortación a pedir con constancia.
Este conjunto es artificial y obra del Evangelista. No será, por lo tanto, extraño que el centro de la parábola primi­tiva se haya desplazado.

I.    EL AMIGO BUENO: vv. 5-8.
Ante todo un problema de traducción. Generalmente este trozo no se puntúa como es debido y esto impide una com­prensión exacta de la parábola. La parábola es una larga pre­gunta, introducida por la fórmula "¿Quién entre vosotros...", que exige una respuesta rotundamente negativa: ¡Nadie! ¡De ninguna manera! He aquí la traducción:
"¿Quién hay entre vosotros que, teniendo un amigo que viniera a él a media noche y le dijera: 'Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío me llegó de camino y no tengo qué ofrecerle’9, le respondiera desde dentro: No me molestes: ya la puerta está cerrada y mis niños están conmigo en la cama; no puedo levantarme a dártelos'?": vv. 5-7.
La parábola refleja plásticamente la vida de los palestinenses. La ley de la hospitalidad debe observarse cueste lo que cueste. Tres panes son más que suficientes para un comensal. La casa de una familia pobre consta de una sola pieza, con una casa grande donde se acomoda toda la familia.
Dada la hospitalidad oriental, nadie -así fuera de media noche- se atrevería a negar el servicio solicitado por un amigo que se ve en un aprieto. Ha recibido un huésped en su casa, pues lo debe agasajar.
Pues bien. Si un hombre se sacrifica cuanto puede por hacer un servicio a un amigo que se encuentra en una necesidad, que no hará Dios? Él, en su bondad infinita y en su amor de padre, escuchará la petición del que implo­ra una ayuda y una gracia.
Parece que en la parábola primitiva el personaje principal era el amigo que no puede decir NO a la petición de un amigo.
En el contexto actual de Lucas, el personaje central es el amigo que pide con insistencia, al cual no se le puede negar lo que solicita, aun cuando sea importuno.
En este contexto, se comprende el final con que Lucas cierra la parábola:
"Os digo que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite": v. 8. Hay que pedir, con la seguridad de que recibiremos. Es útil subrayar lo que el texto dice: que "le dará (no lo que ha pedido, sino) cuanto necesite".


2. ¡CUÁNTO MÁS EL PADRE DEL CIELO DARÁ ESPÍRITU SANTO...!: vv. 9-13.
Los logia sobre la oración son una invitación urgente de Jesús para que imploremos del Padre de los Cielos, con filial confianza, cuanto queramos, particularmente si se trata de realidades divinas.
"Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
 ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide pan le da una piedra; o, si un pescado, en vez de pescado le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestro hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo los que se lo pidan'": vv. 9-13.

Mateo ha consignado también estos logia y los ha colocado en el Discurso Evangélico: Mt 7,7-11.
Es interesante constatar como un simple retoque practi­cado por Lucas sobre un texto anterior, ha enriquecido el con­tenido de la instrucción.
Mientras que Mateo escribe: "Si vosotros, siendo malos, sabéis dar dones buenos a vuestros hijos, ¡cuánto más vues­tro Padre que está en los Cielos dará 'cosas buenas' a los que le piden ": v. 11.
Lucas ha interpretado:
"¡Cuánto más el Padre del cielo dará ESPÍRITU SANTO a los que se lo pidan!"
En Mateo, la expresión "cosas buenas" tiene ya un signi­ficado escatológico: se trata de los bienes de la Era Mesiánica: Rm 3,8; 10,15; He 9,11; 10,1. Pero Lucas ha interpretado con hondura entre los bienes escatológicos, el Bien Mesiánico por antonomasia y el Don de Dios por excelen­cia es el ESPÍRITU SANTO.
¡El Padre del cielo no se negará a dar el Don de su Espíritu a todos aquellos que se lo imploren!

Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 167-170  Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011.