viernes, 7 de agosto de 2015

14. Segunda multiplicación de les panes (Mc. 8,1-10; Mt 15,32-39).

1.   Hacia la profesión de fe de Simón Pedro (Mc 8,1-30).
  
El conjunto literario de Mc 8,1-26 presenta un nota­ble paralelismo con la sección precedente (Mc 6,30-7,37):
-  Una multiplicación de panes                  6.30-   44           8,1-9
-  Una travesía del mar                              6,45-56             8,10
-  Controversia con fariseos                      7,1-23               8,11-13
-  Discusión sobre el pan                          7,24-30             8,22-26
-  Una curación                                         7.31-  37            8,22-26

Mateo ofrece  más o menos la misma situación. Lucas (9,17-18), en cambio, ignora la sección que leemos en Mc 6,45-8,26; y de allí que consigne sólo una multiplicación de panes. Por su parte, también el Cuarto evangelio nos ha conservado el recuerdo de una sola multiplicación de los panes (Jn 6,1-15)
Ante situación, numerosos especialistas piensan que Mc 8,1-26 no es probablemente sino un duplicado literario más antiguo de Mc 6,30-7,37; y que, repre­sentan una tradición anterior al mismo evangelista,   él ha querido integrarla a su obra definitiva.

2.   La multiplicación de panes y peces.

8,1 Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: 2 "Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. 3 Si, los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos". 4 Sus discípulos le respondieron: "¿ Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?" 5 El les preguntaba: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos le respondieron: "Siete". 6 Entoncess él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. 7 Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronun­ciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. 8 Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. 9 Fueron unos cuatro mil: y Jesús los despidió. 10 Subió a continuación a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanutá.
El paralelismo de esta narración con la primera multiplicación de los panes es evidente. Las diferencias son accidentales: tres días de estar con Jesús, siete panes y siete espuertas, cuatro mil hombres.
Aun cuando el relato de la segunda multiplicación de los panes sea un duplicado, sin embargo, al consignarla en sus evangelios Marcos y Mateo tuvieron un motivo: quisieron transmitir un mensaje doctrinal, a saber: la segunda multiplicación de los panes es un anuncio feliz en favor de los gentiles. Jesús ofrece a los paganos no solamente "las migajas de los hijos", sino la sobreabundan­cia del banquete eucarístico. También los gentiles, llega­do el tiempo, recibirán el don de la fe-, de la salvación, de la Eucaristía.
La mención de los tres días revela un coiorido pos-pascual. La cifra 4, multiplicada aquí por mil, es símbolo de los cuatro puntos cardinales y del universo entero. En la Iglesia de Jesús son invitados al banquete eucarístico judíos y gentiles, hombres y mujeres.
Las dos tradiciones describen el milagro a la luz de acontecimientos del AT, particularmente la multiplica­ción de aceite y pan por Eliseo (2R 4,1-7.42-44), y el episodio del maná y de las codornices (Ex 16; Nm 11). Así se mostraba que en Jesús se realizaban esos textos que, en el judaismo de la época, eran releídos como anuncio de grandes obras de Dios y del Mesías al final de los tiempos (Tob p.149).
Los elementos eucarísticos aparecen también clara­mente en esta segunda multiplicación de los panes: el tomar los panes, la "acción de gracias" (o bendición), la fracción del pan, la distribución del mismo, la recolección de fragmentos y la despedida. Estos gestos de Jesús fueron queridos por él mismo y entendidos desde la más antigua tradición como una preparación del alimento escatológico por excelencia, la Eucaristía.
La primera multiplicación de panes es una tradición más arcaica, colocada en la orilla occidental del Lago, y habla de doce canastos, cifra de las Tribus de Israel y de los Apóstoles. Esta tradición proviene de las Iglesias judío-cristianas de Palestina.
La segunda, que procede con toda probabilidad de Iglesias cristianas de origen gentil, sitúa el aconteci­miento en territorio pagano, a la orilla oriental del Lago, y habla de siete espuertas, cifra de las naciones de Canaán (Hch 13,19) y de los diáconos helenistas (Hch 6,5). Los evangelistas quieren mostrar que la obra de Jesús se ex­tiende a tierra de gentiles. La expresión "algunos de ellos han venido de lejos" insinúa la lejanía de los pueblos paga­nos que tienen finalmente acceso a la fe (Is 60,4-6; Ef 2,13.17).

En cualquier forma, la historia de la multiplicación de los panes debió haber sido muy importante en la Iglesia primitiva; de allí que aparezca hasta seis veces en los evangelios.

ACTUALIZACION

Jesús Maestro:
Millones de seres humanos sufren de hambre.
Ten compasión de tantos pobres que hay en el mundo, necesitados en cuerpo y alma.
No permitas que desfallezcamos en el camino. 
Concédenos la gracia de encontrarte y vivir cerca de ti. 
Sacíanos, Señor, con "el pan de la vida".
Amén.