miércoles, 8 de abril de 2015

8. Curación de la hemorroísa (Mc 5,21-34; Mt 9,18-22; Lc 8,40-48).

La sanación de la hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo muy probablemente fueron dos relatos inde­pendientes en un primer momento de la tradición evan­gélica. La redacción final del evangelio de Marcos, seguido por Mateo y Lucas, presenta ambas narraciones como una sola unidad literaria.
La hemorroísa: v.25-34.
25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, 27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. 28 Pues decía: "Si logro tocar aunque sea sólo sus vestídos, me salvaré". 29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que había sido sanada del mal.
De los tres evangelistas sinópticos es Marcos quien nos proporciona, según su costumbre, una descripción con mayor animación. Sin embargo, cada uno intenta comunicar, a través del relato, sus propios énfasis doctri­nales.
Por razón de su enfermedad, la mujer que se acercó a Jesús era considerada impura según la Ley, y debía portanto mantenerse aislada (Lv 15,19-27). De allí su discreción al acercarse por detrás, entre la gente. La mujer había oído "de lo que hacía"Jesús. Su fe en él es grande, pues piensa que con sólo tocar la orla de su manto alcanzará la salvación: "seré salva". No es difícil recordar a este propósito la palabra de Habaquq: "He aquí que sucumbe quien no tiene el alma recta, pero el justo por su fidelidad vivirá  (Hab2,4).                                              
El evangelista, para hablar de la sanación de la mujer, emplea el verbo fuerte "salvar". Por lo demás, Jesús lleva, en su propio nombre, la misión de "salvar". Ysalva cuando perdona el pecado (Le 7,50), cuando sana de una enfer­medad (Me 6,3-1), cuando libera del demonio (Le 8,36) y cuando levanta de la muerte (Me 5,23). 
Jesús, como judío piadoso y observante, llevaba en su manto las borlas o flecos ordenados por la Ley. El fleco, con su hilo de color púrpura, servía para recordar el cumplimiento de los preceptos de Dios y manifestar que Israel era un Pueblo consagrado a Yahveh (Nm 15,38-41; Dt 22,12).
En la literatura religiosa de Mesopotamia y en el Antiguo Testamento, "agarrar del manto" significa "im­plorar fervientemente" (1S 15,24-27). La mujer quiere tocar la borla del manto de Jesiís, impulsada por su fe, y no por una creencia en lo mágico.
La mujer logró, pues, tocar a Jesús, y al punto se secó la fuente de su sangre, y sintió en su cuerpo que habíasido sanada de su mal.
10 Al instante, Jesús, dándose, cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: "¿ Quién me ha tocado los vestidos?" 31 Sus discípulos le. contestaron: "Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: '¿ Quién me ha tocado?"' 12Pero él miraba a su aldrededor para descubrir a la que lo había hecho. 33 Entonces, la mujer, viendo lo que había sucedido, se acercó atemorizaday temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. 34 El le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad ".
El evangelista destaca enérgicamente "la fuerza" (dynamis) que emana del Señor. Es tan real, que Jesús siente que ha salido de él, y ha llegado y beneficiado a alguien. Esa "fuerza" es concebida como una energía física a cuyo simple contacto se obran las curaciones (cf Me 1,41; 3,10; 6,56; 8,22; Le 5,17; 6,19).
"¿Quién me ha tocado?" Esta pregunta no tanto indica ignorancia en Jesús, ya que él va a mostrar que conoce lo que hay en el corazón de la mujer; sino más bien sirve para realzar y elogiar la gran fe que la mujer tiene en él.
El relato termina con cuatro palabras de Jesús, llenas de amor y de ternura:

    ¡Hija!" La mujer ya no es una simple desconoci­da; ha pasado a ser su hija, y él es su padre.
    Tu fe te ha salvado!". Su fe es el punto de partida de su salvación.
    Vete en paz!". La paz, en hebreo "shalóm", viene de un verbo que significa "estar entero, ser perfecto, completo, cabal". En este caso, la ex-hemorroísa se va restaurada totalmente en su alma y en su cuerpo: ha sido hecha una nueva creación.
    Queda curada de tu enfermedad!". Al ser sanada, ha recuperado la pureza exigida por la Ley, y ha quedado también reintegrada a la vida de la comunidad.

ACTUALIZACION

Jesús:
Permítenos tocar tu humanidad santísima,
sacramento de Dios entre nosotros. 
Danos fe, inmensa fe, para acercarnos a ti,
sabiendo que de ti brotará una fuerza divina que nos dará salvación. 
Comunícanos tu paz, haznos criaturas nuevas 
y danos la sanación que necesitamos. 
Amén.