viernes, 11 de julio de 2014

RETIRO DE ORACIÓN Y SILENCIO (cont4)

                                           LA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA
que se encuentra en la página 69. *
Tampoco lo voy a leer, pero sí voy a hacer una reflexión sobre este importantísimo tema. ¿Por qué razón es importante hacer una reflexión sobre este tema? Porque todo lo que les he estado diciendo puede sugerir una pregunta, dice: ¿Y qué con esto que me dicen está pasando? ¿Qué va a ser de mi vida? ¿Me va a trastornar? ¿Me va a cambiar mi plan? ¿Qué va a decir mi esposo o esposa? ¿Qué van a decir mis hijos? Y sucede que Dios no juega mal, Dios no destruye su obra, Dios la construye, y la vida que nos ha dado en los diferentes estados de vida: soltería, matrimonio, vida religiosa, vida sacerdotal, Él es el que nos ha dado esta vida y lo que Dios da no lo quita, sino lo que Dios da lo transforma siempre en mejor. Tengan muy presente eso: si algo nuevo en nuestra vida está fraguando el Señor, no es para destruir los dones que nos ha dado sino para construirlos mucho mejor. Pongo el ejemplo en una vida de casados: Si Dios les da en estos días como regalo un grado más o muchos grados más de amor profundo a su esposo, a sus hijos, en su hogar, si cambia su corazón en calidad de amor, ¿qué destrucción va a hacer de la casa? Es al contrario, una construcción formidable. Una grande paciencia (saber sufrir) que es también una enorme comprensión (amplitud de espíritu) para los demás ¡Qué felicidad será para ustedes en este retiro si el Señor les comunica comprensión! Se les evitarán muchos dolores de cabeza, muchos sufrimientos, porque comprenderán muchas situaciones de la familia. No echarán por la borda los problemas pero encontrarán soluciones muy buenas, y sobre todo las soluciones en la comprensión. ¿Quién sabe si en los problemas de los demás nos falte comprensión? Y donde brindemos la comprensión entonces solucionamos problemas personales y problemas de los demás. No tengan temor a que el Señor haga algo nuevo en la vida.
"No temáis", como le decía el Señor a los apóstoles. Varias veces se los repitió: "No tengan miedo, Yo no soy un fantasma, Yo Soy... Yo Soy.. (Nada más les dijo), ni siquiera dice: "Yo soy Jesús", sino "Yo Soy... Yo estoy con ustedes... Yo soy el Señor... Yo soy Dios... No tengan miedo... Yo las guiaré, los guiaré por los senderos que Yo quiero... He aquí que Yo hago algo nuevo.
El tema de la página 69 es la VOLUNTAD DEL PADRE EN MI VIDA. Ya les he tocado este tema en algunas ocasiones en las clases, la voluntad de Dios. Fue la gran pasión de Jesús. En el capítulo 8 de San Juan, versículo 29 es donde dice: "Yo hago siempre lo que le agrada a mi Padre." (Jn 8,29) Que palabra tan hermosa: "Yo no hago mi voluntad sino la voluntad de mi Padre, para que el mundo sepa que amo al Padre y cumplo su voluntad, vámonos de aquí" (cf Jn 14,31)
San Pablo, cuando se levanta después del derrumbamiento que le provocó el Señor, la palabra que dijo fue esta: "Dípoyes"... "¿Qué debo hacer? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué haré?" Él no sabía, estaba aturdido. Y el Señor le dijo: "¿Cómo que qué vas a hacer? Pues levántate." Nada más eso:
- "Primero levántate. y, ¿adónde vas?" - A Damasco.
- Vete a Damasco.
- Y, ¿por dónde se entra en Damasco? - En la puerta.
- Y, ¿por dónde camina? - Por la calle.
¿Para qué le dijo "qué debo hacer"? Era lo de sentido común: "Levántate, vete a la puerta, camina por la calle y métete a una casa, a la casa donde te van a hospedar." La voluntad de Dios, ¿qué debo hacer? Esto...
Lo mismo para nosotros: ¿Qué debo hacer yo en mi vida, en mi vida diaria? Lo que siempre he hecho y lo que tengo que hacer todos los días. Esto ya se los he repetido en muchas ocasiones. Porque la novedad no está en hacer cosas nuevas, sino la novedad está hacer de lo viejo algo nuevo; hacer de manera nueva las cosas de mi día.
Abrir el corazón a la voluntad de Dios es abrirlo también a la alegría, a la satisfacción, a la paz, a la generosidad. En una palabra: abrirnos a hacer lo que Dios quiere es abrirnos a la felicidad verdadera.
- Señor, ¿qué quieres que yo haga? Mañana ¿qué voy a hacer? Pasado mañana ¿qué voy a hacer?
- Lo que haz hecho siempre, pero con un corazón nuevo, con un corazón renovado.
Fue también lo que la Virgen María hizo después del grande anuncio de la Encarnación. Ella tuvo una novedad muy grande al tener la creaturita en su seno. Y recibió un mensaje difícil, difícil: - Levántate y vete a atender a tu prima Isabel.
- Bueno, ¿y con quién me voy?
Debió haberse ido en una caravana, según la manera como se viajaba en aquel tiempo. No se la imaginan ustedes a la jovencita de quince años caminando sola, o en burro. Debió ir como se viajaba en ese tiempo, en caravana. Y, ¿cuándo? Cuando le fue posible viajar en caravana. Pero, sobre todo, lo que ella llevaba era la alegría de la novedad de su nueva vida. Siguió haciendo lo mismo, mientras el chiquito estaba formándose en su seno, pero siguió su vida normal. Y, ¿qué haría allá en casa de Isabel? Pues la ayuda a Isabel. Dice el Evangelio que "permaneció como tres meses" (cf Lc 1,56), hasta que nació el niño. Quiere decir que llegó allá cuando Isabel tenía seis meses y comenzaba a tener necesidades particulares. La voluntad de Dios sobre nosotros.
En la epístola a los Tesalonicenses, capítulo 4, versículo 4 o 6, tenemos esa frase: 1Ts 4,3: "Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación."
Y ser santos no es otra cosa sino parecernos a Dios, al Santo, al que pertenecemos: "Esta es la vo- luntad de Dios, que seáis santos." (1Ts 4,3.7).

Bueno, estas eran las reflexiones para esta primera plática. Así que termino invitándolos como al principio, para que dejen fuera preocupaciones, distracciones y entren en un ambiente de unión con Dios. 
*Lo que resta del 2014 estaremos presentando cada 15 días la transcripción de las conferencias del Retiro de Oración y Vida que el P. Salvador Carrillo Alday, M. Sp. S. , nos dió en mayo del 2001. El contenido lo podemos encontrar en su publicación Sed de Dios pero aquí expondremos la sencillez y profundidad de sus explicaciones al darnos el retiro.  No olvidemos antes de entrar al tema hacer una invocación al Espíritu Santo para que  realice su obra en nosotros.